Historia

La pequeña Hyeri había vivido siempre en la gran mansión de los Kyun, en una ciudad del país de Southest, en el continente de Illium. Su familia pertenecía a la nobleza, como la gran mayoría de las personas que vivían allí. A pesar de ello, el padre de la pelirroja se gastaba todo el dinero que tenían en apuestas u objetos de gran valor. Por otro lado, su madre no se quedaba rezagada. Empleaba el dinero en joyas y vestidos caros, además de celebrar fiestas en la mansión por todo lo alto.

Todo aquel derroche de dinero acabó pasando factura, hasta tal punto en el que les quitaron su título nobiliario. Como no podían soportar la deshonra que aquello conllevaba, la familia dejó el país. Sus padres no soportaban vivir una vida sin lujo, pero conseguir dinero manteniendo a una niña pequeña no era nada fácil.

Optaron por dejar a la pequeña Hyeri en una cabaña de mala muerte, en la aldea de Kyua. Aquel lugar se encontraba en el país de Easthern, conocido por la gran cantidad de grandes magos que allí habitaban, aunque estaba justo en el límite con el país de Wedesthern.

La asiática pasó a vivir con una señora bastante pequeñita, muy vieja y arrugada llamada Il, esperando a que sus padres cumplieran la promesa de volver a por ella cuando hubieran solucionado todo. No fue así. Pasó el tiempo y seguía allí. Il a veces cambiaba de apariencia. A veces era un adolescente, otras un hombre, una mujer, un niño pequeño. Nunca supo realmente cuál era la verdadera cara de Il, ni su género, ni su edad. Es más, tampoco sabía si ese era su verdadero nombre.

Il siempre cuidó de Hyeri. Le enseñó una magia poco conocida que le ayudaba a cambiar su apariencia, ya fuera como persona humana o como un animal. También le enseñó a manejar el fuego y otros elementos, aunque siempre vio más útil que aprendiera a camuflarse. Por otro lado le enseñó a defenderse, a ser rápida y fuerte. Tenía muy buena puntería, así que cuando creció un poco más empezó a practicar con el arco. Luego también hizo lo mismo con la espada.

Hyeri pensaba que podría vivir tranquilamente en Kyua como maga, aceptando peticiones de trabajo y ayudar a los demás, pero con el tiempo empezaron a aparecer personas que querían que ella pagara unas deudas. Esas deudas no eran suyas, sino de sus padres, pero se las arreglaron de tal forma para que Hyeri fuera la cabeza de turco de todo ese acoso. ¿Quizás era por eso por lo que Il se empeñó tantísimo en enseñarle a usar magia de cambiaformas?
Finalmente acabó convirtiéndose en una ladrona, aunque siguiera aceptando peticiones de trabajo como maga. Hyeri solía robar a nobles que trataban mal a las personas de la aldea y pueblos cercanos. Cuando Il se enteraba solía regañarla y darle algún que otro capón. A pesar de ello, aunque quisiera usar ese dinero para pagar las grandes deudas que tenía, acaba repartiendo ese dinero entre los más necesitados.

Es de esa forma cómo Hyeri se acabó ganando el amor de todas las personas trabajadoras y necesitadas, conocida como la justicia roja, porque a veces tomaba apariencia de hombre y otras de mujer. En cambio, para los nobles era una sucia ladrona. Un diablo. El diablo rojo.

Curiosidades

■ Tiene una ardilla como mascota que siempre lleva encima. Se llama Jung. /yung/


■ Como sus padres la abandonaron, su maestre Il /il/ se convirtió en su única familia. Aunque no les una ningún lazo de sangre, para Hyeri es muy importante.


■ Detesta a la nobleza, a pesar de que ella pertenece a la misma.

■ Una de las formas que más le gusta adoptar para asustar a la gente cuando roba es la de un dragón rojo.

■ A veces, para que no la reconozcan sus deudores, cambia la longitud de su cabello para que sea más largo u opta directamente por cambiar de género.

(Hyeri en su versión masculina)

■ Sus ojos tienen un extraño color violáceo.

■ Hacer amistades nunca ha sido una virtud de Hyeri, aunque recientemente se ha hecho casi inseparable de un chico llamado Liev.

■ En realidad, Hyeri lleva el pelo corto.